domingo, 20 de noviembre de 2011

EL NUEVO DEBATE

Como se comenta en diversas redes sociales, el evento ufológico de San José de Maipo del 18 y 19 de Noviembre se encuentra en el centro de atención y en el ojo del huracán de la contingencia ufológica criolla.
De la misma manera que este pequeño espacio de opinión, el que ha causado más de alguna controversia por sus contenidos y comentarios, también este congreso se encuentra en el marco del controversial tema que desarrollamos. En efecto, la idea del debate abierto y sin escrúpulos, tan resistida en un principio, ha logrado al parecer ser comprendida en parte, ya que como en otras áreas, la discusión es un mecanismo que busca el incremento de la información y del conocimiento de los tópicos. Pues bien, con las ideas descalzas y posteriores a las heterogéneas exposiciones efectuadas en el Congreso del 18 y 19, el debate se puede considerar como iniciado.
En primer término, debo agradecer la invitación al congreso y felicitar a los organizadores (CIFAE), como así mismo a la I. Municipalidad de San José de Maipo. Es muy constructivo que se apoyen este tipo de actividades, ya que como lo he comentado con anterioridad, uno de los mayores inconvenientes que tiene la ufología y en particular sus exponentes, es la falta de recursos para consumar esta labor, inicialmente abordada en la difusión del fenómeno OVNI ya que en lo referido a la investigación, todos sabemos que por el factor expuesto y otros más que no vale la pena señalar, es un tanto discreta, pero como dice un chilenismo muy campechano, “es lo que hay”.
Pues bien, al haber observado y escuchado la totalidad de las exposiciones, en especial las del día 18 gracias a la transmisión on-line de neuronafm.com (radioemisora y equipo de personas que se les agradece por sus esfuerzos y trabajo en directo) es momento propicio para exteriorizar algunos puntos primordiales.
No podré en beneficio del tiempo y espacio, dar a conocer mis observaciones al total de las conferencias en detalle, pero si voy a tomar algunos aspectos de fondo e importantes de cada una de ellas en tres artículos consecutivos de este humilde espacio de opinión.
Como primera divergencia, debo señalar que tal cual señala el profesor William Stiebing, en relación a las teorías populares, estas calzan prefecta y completamente con lo que se observó en estas actualizadas exposiciones de la ufología nacional.
“Las respuestas fáciles a las preguntas difíciles”
Sin un debate abierto, el cual hubiese sido muy sano para la instancia, pero debido al factor tiempo no se pudieron consumar, en varias de las conferencias se puntearon algunas interesantes frases que son imperiosas de revisión y análisis. Por ejemplo, en la charla de Exopolítica, la que parte desde una visión especulativa por cierto, se amplifica luego de pregonar la concomitancia de la Hipótesis Extraterrestre al fenómeno OVNI, la inminente y muy necesaria transición que debe efectuarse, en el sentido de establecer como una prioridad en el desarrollo del tema, el atractivo concepto de “prevención”, en cuanto a los supuestos actos vinculados a entidades extraterrestres, ya que según la información con que se cuenta (se sabe, se piensa y se cree, muletillas ufológicas), estos hechos conllevan una serie de violaciones a los derechos de las personas que son víctimas, señalando además, que no es necesario establecer como requisito la tan anhelada “prueba” para establecer protocolos de prevención. Estas peripecias imputadas a las inteligencias alientes, llámense precisamente abducciones, requieren por cierto de una aceptación y reconocimiento abierto, más bien imperativo, por parte de las autoridades vinculadas al estudio del fenómeno, como también de las autoridades políticas y militares a nivel global, demandando este consentimiento como una infalible obligación de carácter inmediato.
Pues bien, la aceptación de que algunos FANIs muestran inteligencia eventual en ciertas observaciones válidas y analizadas, no significa que se les puedan asociar raudamente a una inteligencia externa o personificada. Es ahí un punto de discordia y de exaltada categoría, ya que la inteligencia que se le atribuye manifiestamente, es especificada como eventual, por el comportamiento de los fenómenos reportados y no necesariamente constituyen una demostración de que pertenezcan a una expresión e intención de una forma de vida. Por ejemplo, los rayos globulares, descubiertos y estudiados por el físico Peter Kapitza en la década del 40, señala que estos fenómenos (meteorológicos –electromagnéticos) demuestran un comportamiento simétrico a un grado de inteligencia, sin ser una forma de vida, ya que sus desplazamientos en la atmósfera, obedecen a una interacción con el ambiente donde manifiestan sus desarrollos y sus propensiones están dirigidas hacia las mejores condiciones de humedad y de temperatura, mientras se despliegan antes de su deformación final.
Por ende, el reconocimiento de una intencionalidad a los FANIs y la asociación con un grado o un tipo de inteligencia, no obliga de ninguna manera a entregarle una encarnación, aunque sea especulativa, para poder apalear un grado de jerarquía el pretendido trabajo preventivo mancomunado a los diversos matices relacionados con los OVNIs, como es por ejemplo el caso de las siempre cuestionadas abducciones. Simplificando la respuesta, si no existen los cargos, no hay delito. Si no existen las pruebas, no hay extraterrestres. Algún jurista me puede reclamar, que en derechos humanos basta la presunción y la denuncia del o los afectados para evidenciar un delito. Pues bien, para el caso de los OVNIs, por la falta absoluta de meritos adicionales de una prueba del vínculo e interacción de los aparentes extraterrestre infractores, es este hecho constitutivo sencillamente de una orden de no innovar.
Entonces, cómo podemos prepararnos para algún hecho, del cual no sabemos si verdaderamente existe o existirá, como así mismo, numerosos individuos hablan de ellos y los comentan abiertamente como experiencias vividas, es decir, como acontecimientos reales. La réplica es muy escueta y ya una vez se planteo en ufología, en este caso la adaptamos. Para sucesos extraordinarios, se requieren pruebas extraordinarias y desafortunadamente hoy esas pruebas no son lo suficientemente sólidas, por lo tanto, “no ha lugar”.
Si se considera este paso, como el proceso final de maduración de la ufología o la “adultez” para continuar con un desarrollo forzado por los que la investigan, creo que debemos enviar, en Chile por lo menos, a la ufología a una terapia con la Dra. María Luisa Cordero, para que de manera urgente evalúe y entregue los pasos y medicamentos necesarios para dejarla en el lugar que corresponde, es decir en una cuna o corral y con los pañales puestos y asegurados, ya que la especulación que se hace, muy sana cuando no abandona su lugar imaginativo, a veces resulta parecer que es poseedora de propiedades muy similares al descontrol de esfínteres en el ser humano cuando es un lactante y por ende, debe ser revisada en forma constante y si en necesario, se hace la correspondiente mudanza y todo queda solucionado hasta un nuevo ejercicio del aparato digestivo.

En cuanto a los comentarios vertidos en otra de las conferencias, me llamó profundamente la atención en que se cuestionó la calidad de los testigos que son pilotos.
Podrían aludirme que estoy con un grado de compromiso, casi sentimental, con esa causa, lo cual lo desmiento ya que he trabajado y aún lo hago, en relación a la seguridad aeroespacial, por lo que no puedo esquivar la responsabilidad de las tripulaciones y de sus decisiones de mando, en un alto porcentaje de los incidentes y accidentes aéreos ocurridos en el mundo. En efecto, la autocrítica que concierne, es lapidaria y es ahí donde se construyen mecanismos de trabajo que cooperen con esta importante área, la que precisamente toma como foco principal de los accidentes, el error humano.
Pues bien, errar es humano, está en la naturaleza del hombre, lo que ocurre es que no percibimos los errores que en cada momento cometemos, por ejemplo cuando tomamos el teléfono y apretamos un número que no corresponde, cuando prendemos una cocina y antes de encender el fósforo o encendedor, damos el paso del gas, en fin, errores en la vida cotidiana tenemos miles. Ahora cuan importante sean esos errores, van de la mano con las repercusiones que tengan y ahí esta la importancia de priorizarlos.
Pero independiente al desprestigio del ser humano y por ende de los pilotos en cuanto a la concepción de errores, el personal aeronáutico es hasta ahora el mejor calificado al momento de reportar una observación de un FANI. Es quizás una aserción que tintinea vanidad, pero que está absolutamente ajena a ese propósito, ya que antes de la entrada de la aviación en el estudio del fenómeno, precisamente la propia ufología aseveraba que los pilotos y los controladores de tránsito aéreo, eran los depositarios de la mejor perspectiva, registro y análisis de estos reportes, solamente que antaño, se mantenían en la más absoluta reserva, por motivos ya mencionados como por ejemplo, el desconocimiento del tema y la el propio ridículo asignado a quién se arriesgara a exponer un avistamiento. Pues bien, hoy que esta liberada la restricción de información y es más, se investiga oficialmente el tema, se embiste en contra de quienes por oficio, poseen las mejores cualidades y perspectivas para entregar datos acerca de OVNIs. Inexplicable? No. Por el contrario, muy sencillo de ilustrar, simplemente apegados al tercer postulado William Stiebing; “Atacar a la institución de la ciencia y a las instituciones oficiales y castrenses que abordan el estudio de los fenómenos.
En realidad y para concluir esta primera parte, hubo una frase concluyente que despertó mi inquietud y esta decía: “Al final los Ufólogos tenemos la Razón” en realidad no puedo ser majadero, porque con el tiempo no se puede encasillar a todas las personas con posturas definidas o radicales, es necesario hacer el ejercicio de separar las aguas, pero indicando la oración aludida, mi respuesta es Sí! Tienen razón y razones de sobra para que se mantengan los estudios actuales como están. Los ufólogos con OVNIs y Extraterrestres y la aeronáutica con FANIs y punto final.
Propongo el libro de Ernesto Sábato “el Túnel”, donde la enseñanza es muy precisa. Hay caminos que pueden cruzarse y varias veces en la vida, pero juntarse y hacer uno solo....parece que resulta muy difícil, o tal vez casi imposible.

6 comentarios:

  1. Como decia mi abuelita.... y cito...."los chanchos con los chanchos, y las palomas con las palomas".... Los chanchos no deberian desgastarse en convertirse en palomas ni las palomas tampoco, para qué pelean?

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  2. La verdad es que me quedé con las ganas de ver las investigaciones que ha hecho el CIFAE hasta la fecha y las conclusiones a las que ha llegado, pero quizás es como dices en este blog, la aeronáutica investigando los FANI's, y los ufólogos mostrando extraterrestres y OVNI's, sea material entregado por ciudadanos x, bajado de internet o un resumen de las películas más taquilleras hasta la fecha.

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  3. Éste es exactamente el medio y tono correcto de réplica y debate que necesitamos, y aunque se intenta asestar el dardo en el blanco mismo de los planteamientos exopolíticos, no por ello saludamos menos el acorazado aporte crítico, confiados como estamos de que sin debate no hay desarrollo de esta racionalidad que llamamos ufología.
    También deseo agradecer el fascinante dato acerca de Peter Kapitza, del cual no tenía idea alguna y pone, evidentemente, en una cuestión todavía más compleja la atribución de inteligencia de que tanto se discute y sobre la cual se deposita "la esperanza" de que el fenómeno OVNI sea un ADIA (preguntado de paso a los aeronáuticos, ¿es "ADIA" la mejor expresión para lo que conjeturan son los OVNIs, en último término, dentro de la HET? Dense una manito en esto...).
    Pero bien, mi parecer autónomo, ni siquiera como EWN, es que hay un buen puñado de casos que inspiran a creer, sí, a creer, y por eso es que se cree y se piensa así, con un impersonal "se" que, en definitiva, responsabiliza al que lo emplea, al mismo tiempo que con justa razón se critica la muletilla, que hay presencia no humana asociada al fenómeno OVNI. No enlistaré acá los que creo casos extraordinarios porque estoy seguro que los conocen. Mal que mal, algunos están presentes en el libro Ufología Aeronáutica. Y en efecto, sostenido abiertamente el descrédito que pudiera significar la ausencia de prueba positiva, la convocación es, al menos, a la reflexión oficial de los actores y constructores de esta sociedad.

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  4. En lógica simbólica existe una herramienta implacable de comprensión llamada "análisis dicotómico" que, como su nombre lo indica, analiza a partir de la disgregación doble de las posibilidades de verdad en falso o verdadero. Toda afirmación puede ser tanto falsa como verdadera, y esta bifurcación de alternativas, se considera válida lógicamente (otra cosa es llamarla real). Así bien, un puntal de la especulación exopolítica es la pregunta que emerge de la potencial verdad tras la siguiente cuestión: ¿Podrían los OVNIs ser ADIAs? Podrían no serlo, en efecto, y estaríamos quizá estudiando algo así como lo que Bravo nos cuenta son los fenómenos de Kapitza. ¿Segunda posibilidad dicotómica? Que lo sean. En el acto salta la réplica: "con ese artilugio de pizarrón, una mera tabla de verdad, podríamos validar que el Viejo Pascuero existe porque, así como los niños de Ruwa, también los chilenos lo ven”. ¿Acaso no serían descollantes las implicaciones de que el Viejo Pascuero existiera? El problema (y les doy de antemano las claves de las grietas teóricas de la exopolítica) es que hacemos una traspolación a la realidad física aquello que en el acrílico o la madera esquematizó formidablemente. Y como se echa de ver, nuevamente el punto de inflexión es el "salto mortal exopolítico" de la teoría a la práctica. ¿Por qué? Porque no existe la prueba final. Y sólo ésta puede ser el fulcro que contrabalancee el asunto hacia la HET. Pero bien, ya basta de darle la razón a una razón. Hay otras razones (razonabilidades, entiéndase). Y una de ellas es el cuantioso marco de indicios que ofrece la ufología misma, donde magníficos reportes y excelentes registros, manifiestan la concomitancia del fenómeno OVNI/ADIA con presencia aliente. Pero, como por definición el indicio no ratifica la hipótesis, la investigación continúa y los ufólogos renuevan sus votos evidencialistas. No obstante, queda flotando como un OVNI de Meier la posibilidad de que todo sea según se puede bien sospechar… Y reitero la gran pregunta de la fusión HET-Exopolítica: ¿Y qué tal si fuera así? Pues lógicamente, ya vimos, podría ser así. ¿Acaso no sería de primera prioridad político-militar la salvaguardia ante el segundo paso dicotómico con respecto a las intenciones? Se me dirá alarmista. No, no. Se trata de probabilista, eso sí. Una de dos, pero “una de dos” en varias de las dicotomías probables. Podrían ser hostiles/podrían ser pacíficos. ¿Podrían ser los ADIAs, en realidad, aeronaves de tecnología furtiva? Sí/No. Todo esto, dentro del avance hacia el terreno especulativo que plantea qué son los OVNIs. El punto, reiteramos, es que de ser así, las implicaciones socioculturales, políticas, económicas, religiosas y filosóficas son enormes y altamente complejas, y es eso lo que nos mueve. Ahora bien, el “atractivo concepto de prevención” no debe entenderse como prevención “ante un ataque extraterrestre hollywoodense”.
    (sigue)

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  5. Prevención significa, incluso etimológicamente, provisionarse ante las posibilidades. Y en ese sentido, devolvemos la embestida a los renuentes y refractarios de la HET, la necesidad de pensar la cuestión pues, de ser todo esto como se conjetura acá, tendríamos seres alienígenas surcando nuestros cielos soberanos sin la menor intención aparente de entrar en contacto político con nosotros y esto, desde ya, suscita una problemática y más de un tipo de sospecha. Con respecto a las abducciones, que tanto escozor o sorna generan, el punto de anclaje es el mismo: el fenómeno que reportan los abductos podría bien ser la manifestación de un trastorno mental que el DSM no asoma ni siquiera a clasificar (cuestión a que invitaríamos a pensar a los psicólogos clínicos escépticos del fenómeno), o bien, podría tratarse de lo que el indicio indica… En suma, tanto el problema de la intencionalidad inteligente, que por cierto, no obliga a la asunción de “encarnación”, tampoco obliga a la denegación de esta posibilidad, asimismo en todo el cuadro puede operar la dicotomía probabilística que, para nosotros, de contrapesa hacia la certidumbre subjetiva (quiérase o no, creencia) de que hay presencia aliente y debemos cotejar todo cuanto se deriva de ello, tarea a la que convocamos a los estudiosos del fenómeno que inaugura esto, los OVNIs, pues nosotros ni nadie puede arrogarse el análisis último de este cuestionamiento ni menos de aquello que podría subsumirse en este entramado probabilístico.

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  6. Don Nico, gracias por tus comentarios, al igual que el resto de las personas que ilustran sus ideas en este blog, diseñado para ese efecto, el cual es simplemente exponer ideas, compartir pensamientos y debatir, entendiendo el sano ejercicio de la discusión respetuosa y tolerante. No puedo negar que hay dejos de ironía en algunos escritos, pero ellos están con la sola intención de descomprimir lo denso y profundo que se hacen parte de los temas aquí abordados.
    En relación a tus análisis, fíjate que comparto plenamente el concepto entregado acerca de la prevención. Es más, en la aeronáutica los FANIs se han afrontado precisamente por una aprensión en cuanto a la seguridad aeroespacial, debido a que las evidencias son concretas en el sentido de que parte de los reportes, indican una alteración al desarrollo normal de algunos vuelos, vulnerando este aspecto transcendental denominado seguridad. Donde esta la dicotomía con la Exopolítica, en que la prevención en aviación, se realiza una vez que los indicativos demuestran que existe una alteración de los procedimientos normales y establecidos. Por ende, los incidentes de vuelo asociados a FANIs son hechos concretos, que no requieren de un marco especulativo. Es quizás este punto, el que personalmente considero clave, al hacer gala explícitamente que la “prueba” se palpa por si sola, simplemente por los acontecimientos y sus posteriores análisis. Entonces la pregunta sigue: ¿Cómo vamos a preparar al mundo de un cuestionamiento generalizado, en el ámbito social, político, económico y teológico, si no contamos con las bases sustentables para apoyar una propuesta de esta índole?. Acá entran en juego diversos matices aprovechados y gozados por los escépticos, en el sentido de que la creencia popular establece finalmente mitos que al consolidarse a través del tiempo, mutan en verdaderos dogmas (puntos fundamentales de una escuela filosófica). Por lo que una mera especulación, la podemos transformar en una cuestión de fe.

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