lunes, 7 de enero de 2013

LOS OVNIS Y EL LUCRO

Posterior a las discusiones de la semana que pasó y a mi respuesta directa el contraataque de la ufología especulativa, nos encontramos con diferentes textos que son dignos del tan controversial debate, ya que la ausencia de los OVNIs, permite que el excesivo tiempo con el cual se deleitan algunos investigadores, sea empleado en renuencias que superan la misma semántica del fenómeno o mejor dicho, los temas de fondo.

Hay una posición que desde un tiempo a la fecha, señala la improcedencia de que las actividades vinculadas la ufología, gocen de utilidades para los que organizan o sencillamente para los especialistas que exponen sus trabajos. No vamos a negar que la investigación ufológica es precaria, porque en eso estamos casi todos de acuerdo, pero si llama la atención que se critique y se apabulle tan vehementemente en contra del derecho al honorario por la prestación de servicios.
Qué servicios, simplemente los de exponer, difundir o debatir sobre un tema puntual.
La crítica que me llama la atención, es contra los ingresos que se logran constituir en función de actividades de ufología.
Esta es una crítica que confunde aún más, cuando ciertos investigadores se aluden o incluso se ofenden porque su trabajo es calificado como informal y/o aficionado.
Cuando me refiero a la investigación informal, es naturalmente porque las agrupaciones o los investigadores autónomos, no forman parte de una organización formal que efectúe estudios referentes al fenómeno aéreo anómalo. Y señalo organización a centro de estudios, universidades, institutos o como quieran considerarlos, pero que dediquen recursos, medios técnicos y humanos para la asignación o el estricto fomento a las investigaciones.
En Chile no hay grupos o fundaciones de estas características, salvo el Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos CEFAA, dependiente de la DGAC, el cual en su planta alberga a cuatro personas que dentro de la Dirección han sido destinadas para esta oficina. El resto del comité, lo integramos personal de las Fuerzas Armadas, especialistas de la misma DGAC y científicos de varias universidades, pero que concernimos por una invitación expresa y que además por esta participación, no recibimos pago alguno. Pero el comité en si, es considerado una entidad oficial y formal que se dedica a la indagación de reportes aeronáuticos. (algo que cuesta tanto hacer entender....)

En cuanto a la palabra aficionado, resulta que es bastante interesante la molestia que genera este término, al referir a investigadores informales, los cuales en una presumida obstinación se sienten incomodados por el descarte inmediato del profesionalismo. Pero los ejemplos son tan sencillos y daré uno personal. Yo soy un fanático del fútbol, pero lamentablemente me encantaría ser un jugador profesional. Desafortunadamente no lo soy porque no estoy contratado en club, es decir no trabajo, ni vivo de mi participación como jugador en un equipo profesional y federado. Pero si voy al estadio, sigo a mi equipo y juego cada vez que puedo, es decir le dedico tiempo, pasión, le tengo afecto a ese deporte y cada vez que puedo, le brindo parte de mi vida. Es decir soy un futbolista aficionado. Entonces que alguien me diga “aficionado” porque me vea jugando un partido por algún equipo de amigos, vaya al estadio a ver como juegan los profesionales u opine en redes sociales las contrataciones, triunfos o derrotas de este masivo deporte, sería muy absurdo que me sintiera ofendido. Es más, si la ANFP organizada un campeonato de barrio o de equipos amateur y además a cada jugador le pagaran por participar, creo que estaría primero en la lista junto con mi equipo. En ufología pasa algo muy parecido. Primero, todos los que nos interesa el tema, somos aficionados y eso es muy bueno, ya que con nombrar esa palabra nos sentimos indicados a que le consagramos tiempo, espacio en nuestras vidas y lógicamente estudio y lectura (solo algunos si).
Pero si dentro de esta informalidad en la cual se desenvuelve el estudio de un interesante fenómeno, se crean los espacios y las instancias donde algunos pueden acceder a que se les remunere por el tiempo y la dedicación conferida, creo que sencillamente es lo que corresponde. Si aquellos que se deshonran de sobremanera porque se crean eventos, charlas, congresos donde se cobra un valor por las entradas o a los expositores se les paga, creo que no están muy claros que hoy vivimos en una sociedad de libre mercado y que el consumidor de ese producto, tiene la suerte de elegir si quiere o no pagar por presenciar estos eventos. Para que decir los invitados como especialitas a programas de televisión, a los cuales también se les cancela honorarios por su participación, incluso por hablar solamente majaderías.

En lo personal, apoyo rotundamente el pago a los que dedican tiempo a la difusión del fenómeno.

Lo mejor de todo, es que tengo un techo de concreto, porque en los años que llevo en este tema, en absoluto he recibido remuneración alguna por mi participación en congresos u otros, y no lo hago sencillamente por mi condición de militar en servicio activo y por la probidad que amerita el cargo, ya que en casi todos los eventos donde he participado, asisto en representación de alguna de las instituciones donde realizo mi trabajo y cuando es a titulo personal, tampoco lo hago. Así que los inescrupulosos que de una u otra manera, han intentado tendenciosamente insinuar que mis participaciones traen consigo una ganancia directa, les señalo que en su suspicacia una vez más están en un arbitrario y repetido error. Si el resto de los aficionados puede o esta en condiciones de poder sustentar sus trabajos, de manera que incluso puedan profesionalizarlo, muy bien por ellos. Ahora las materias que expongan y el debate que conlleven, es otra cosa. Como señala por ahí un tinterillo que conozco, pasa a la fiscalización o a la discusión del tema en comento.

Como reflexión final, podemos agregar que si es tan pretendida la profesionalización de estudio informal, la primera etapa para lograr consolidad ciertos aspectos, es la obtención de recursos. Entonces si charlatanes como Sixto Paz u otros connotados por ahí, reciben millones por hablar sus sandeces, perfectamente alguien que diga lo contrario o exponga antecedentes ufológicos más objetivos, puede disfrutar de alguna utilidad que se le brinde por su trabajo.

Que yo sepa, la cortina de hierro se derrumbó hace varios años atrás y nos guste o no, hoy vivimos en una sociedad capitalista y hace varios siglos se dejó de trabajar por bolitas de dulce.

2 comentarios:

  1. Rodrigo:

    Que bueno tu artículo, hace tiempo me trencé en una discusión con un integrante de la sección ignorante de tus seguidores ufologos, donde le decía que la palabra ufologo no tiene carga emocional, que esa se la pone el emisor y/o el receptor del mensaje, y lo mismo pasa con las palabras profesional y aficionado. Si mi hobby fuera el tema ovni, como aficionado, no es lo mismo si me dedico a coleccionar fotos y videos de internet y a especular sobre las posibles explicaciones y con esto construir un cuento elaborado, o también puedo, como aficionado, tener un sistema de adquisición de información, un protocolo de análisis, y que las especulaciones sobre posibles explicaciones sean sometidas a algún tipo de pruebas, el comportamiento es distinto y los resultados también. La mayoría sabe que el método científico como tal no puede aplicarse al fenómeno OVNI, pero hay un estilo de afrontamiento de los hechos lo que se llama una postura científica. Con esto aclaro que escuchando gente realmente experta en el tema OVNI (experto es otra palabra manoseada y tomada con exasperante levedad) no he escuchado negar tajantemente la HET, ni tampoco he escuchado a nadie que la acepte como hecho, bueno, a nadie serio, ningún científico NUNCA ha conversado con un "Hermano mayor", ni algún divulgador sobrio. Entonces, cuando se habla de ufologos serios que no aceptan la HET, se refieren a que no pueden adscribir a esta como real, es una hipótesis más, ni más ni menos probable... Otra cosa es la palabra hipótesis, teoría, principio.... mejor leanse un diccionario

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  2. COMO ES LA COSA, JUEGAS A LA PELOTA O NO...?

    Es increíble...una de las criticas que me hace Bravo, el mayor de ejército, respecto de mi entrevista en la RED, es aquella donde yo respondo comparando con el pololeo la situación del fenómeno ovni en relación a que aun no se totaliza globalmente el contacto final con alguna entidad extraterrestre...incluso, publicó una foto donde titula “pololiemos” e inserta un ET y el rostro de una persona muy narigona, emulando a pinocho, y supongo representándome a mi...jajjaaa, en todo caso es muy simpática la imagen, tiene humor el mayor...jajjaa...

    Pero hablemos en serio...además de irónico nuestro representante del ejército, presenta un rasgo psicológico y espiritual que predomina en él, es decir, la soberbia...como es posible que se burle de mi argumento cuando el mismo utiliza una formula muy recurrida por todos para explicar una situación, que fue lo mismo que utilicé yo en el programa.....efectivamente, para explicar lo que es un aficionado utiliza un ejemplo, valido por lo demás, del futbolista...que copio directamente de su blogs;

    Dice el mayor; “...Pero los ejemplos son tan sencillos y daré uno personal. Yo soy un fanático del fútbol, pero lamentablemente me encantaría ser un jugador profesional. Desafortunadamente no lo soy porque no estoy contratado en club, es decir no trabajo, ni vivo de mi participación como jugador en un equipo profesional y federado. Pero si voy al estadio, sigo a mi equipo y juego cada vez que puedo, es decir le dedico tiempo, pasión, le tengo afecto a ese deporte y cada vez que puedo, le brindo parte de mi vida. Es decir soy un futbolista aficionado. Entonces que alguien me diga “aficionado” porque me vea jugando un partido por algún equipo de amigos, vaya al estadio a ver como juegan los profesionales u opine en redes sociales las contrataciones, triunfos o derrotas de este masivo deporte, sería muy absurdo que me sintiera ofendido....”

    Si algo que me carga son aquellas personas que se dan el lujo de quitar al otro la posibilidad de ejercer algún derecho...y, una vez quitado, se lo otorga cara de palo...Eric...

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